Cuando abrí, no imaginaba que siendo médica tenía que dirigir una empresa. En la facu no te enseñan!.
Crees que tenés un consultorio y poco a poco se convierte en un polirubro!
Una mañana de Reyes, hace ya 13 años, mi hijo mayor y yo abrimos la puerta con "nuestra" llave. Todo una emoción!!!
Yo había sido la empleada de"esa" vete que se situaba ahí, en Arce 500, se llamaba Raza. 3 meses antes yo estaba sin trabajo (con 2 hijos que mantener...) y pasé por la esquina y pregunté. Me dijeron que en el bar de enfrente estaban tomando una prueba a veterinarios. Me presenté y "gané" contra 26 postulantes. Los dueños no tenían ningun aexperiencia.
Creían que se trataba de vender. No había consultorio!!! Y yo me aburría. Entonces les hice una apuesta (muy audaz por cierto!): que en un par de meses yo tendría más pacientes que ellos clientes.
Y así fue...
A ellos no les convenía y un día me dijeron: la querés?, te la dejamos con todas sus deudas!!!!!
No tenía un peso pero tenía mi casa. Mi pequeño depto. donde vivíamos con mis hijos. Lo hipotequé! contra todas las críticas y nefastos comentarios que me tildaban de irresponsable!!!Y me tiré a la pileta. Me acompañaron mis hijos.
El grande estaba en la caja y barruntábamos los pedidos...
mientras la chiquita hacía su tarea en el consultorio o tomaba la merienda en "los Mellizos".
Mi mamá vaticinó que en esa esquina estaría mi suerte... y no se equivocó. Es una gran suerte trabajar de aquello que más te
gusta y con los seres que amás y te devuelven tanto afecto!!! Modifiqué la distribución, saqué espacio de donde no había y gané un lugar para atender, con dos camillas, buena
luz y los recursos que indudablemente te da la facu para que puedas curar hasta en medio de la Plaza de mayo!!!
Hoy, mi hijo es licenciado en sistemas
Claudio con una simpática Boa
Anto, con 2 "pequeños grandes"
Todo esto es San Nicolás!
Nuestras historias, nuestra gente, nuestro trabajo de todos los días y toda la energía que le ponemos.
Por mi parte, expongo cotidianamente mi juramento de graduación y mi entero compromiso (acompañado por
una tenacidad bien "tana") por prevenir, curar, salvar y proteger a nuestros entrañables compañeros:
Los bichitos o los "pequeños" como dice nuestra orientación profesional. Nuestros "pequeños-Grandes"...
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